jueves, 31 de mayo de 2012
Del impacto, sobrevivirá el sol, el que saldrá despedido fuera de su actual ubicación. De la tierra no quedará rastro
La información la publica el diario español La Vanguardia, el que añade que esto es producto de las observaciones realizadas durante los últimos cinco años con el telescopio espacial Hubble.
Del choque nacerá una nueva galaxia, que sumará las masas de la Vía Láctea y de Andrómeda. La gran mayoría de estrellas sobrevivirán al impacto, pero quedarán en órbitas distintas respecto al centro de la galaxia.
El Sol, según las simulaciones realizadas a partir de las observaciones del Hubble, saldrá despedido de la plácida región de la Vía Láctea donde se encuentra ahora y quedará en la periferia de la nueva galaxia, según han anunciado los autores de la investigación en una rueda de prensa organizada por la NASA.
Aunque Andrómeda y la Vía Láctea se están acercando a unos 400.000 kilómetros por hora, están aún tan lejos del choque de galaxias el que tardará 4.000 millones de años en producirse. En ese momento, el Sol aún estará fundiendo hidrógeno en su núcleo y tendrá previsiblemente los mismos planetas que ahora a su alrededor, pero emitirá más calor que ahora y ya no quedará rastro de vida en la Tierra.
Tras el primer impacto, aún pasarán unos 2.000 millones de años antes de que se complete la fusión entre las dos galaxias. De esa fusión nacerá una nueva galaxia gigante con un único agujero negro supermasivo en su centro que gobernará la gravedad de las estrellas que orbiten a su alrededor.
“Después de casi un siglo de especulación sobre el destino futuro de Andrómeda y de nuestra Vía Láctea, por fin tenemos una imagen clara de cómo se desarrollarán los acontecimientos durante los próximos miles de millones de años”, declara el investigador Sangmo Tony Sohn en un comunicado difundido conjuntamente por el Instituto Científico del Telescopio Espacial Hubble y por la NASA.
Observaciones anteriores habían establecido que Andrómeda y la Vía Láctea se están aproximando atraídas por sus propias gravedades. Pero no se había podido calcular hasta ahora si pasarían una junto a otra a poca distancia, como dos astros que orbitan alrededor de un centro de gravedad común; si se rozarían por su periferia pero sobrevivirían al encuentro; o si chocarían de lleno, centro contra centro, y alumbrarían una nueva galaxia.
Según los resultados de la investigación que se presentarán en la revista The Astrophysical Journal, el final será de impacto. Las simulaciones realizadas a partir de las observaciones del Hubble indican que la pequeña Galaxia del Triángulo M33 que en estos momentos es satélite de Andrómeda, podría sumarse a la colisión.
Con o sin M33, “nuestros datos son estadísticamente consistentes con una colisión frontal entre Andrómeda y la Vía Láctea”, ha declarado Roeland van der Marel, astrónomo del instituto del telescopio Hubble y director de la investigación.
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