“Creo que la tenemos”: con estas palabras el director del CERN confirmaba este miércoles el descubrimiento de una nueva partícula subatómica que podría ser con un 99% de fiabilidad el bosón de Higgs, la llamada ‘partícula de Dios’.
Rolf-Dieter Heuer se mostraba exultante al presentar el descubrimiento: “Es un hito. Creo que podemos estar orgullosos y contentos. Pero es el principio. Y creo que puede tener implicaciones globales en el futuro, llega en el momento exacto. Creo que podemos ser muy optimistas”.
Ha sido un momento emocionante sobre todo para el teórico Peter Higgs, que hace cuarenta años formuló la posible existencia del bosón al que da nombre.
Una búsqueda de toda una vida, o de varias. El investigador no pudo retener las lágrimas.
“Estoy sorprendido de que haya sucedido estando vivo”, contaba Higgs. “Nunca pensé que pasaría durante mi vida. Sobre todo al principio, hace más de cuarenta años, porque al principio la gente no sabía qué teníamos que buscar”.
Este bosón completa la ‘teoría estándar’ que describe el funcionamiento interno de los átomos y ayudar a entender el origen del Universo.
La dificultad para rastrearla y la gran cantidad de energía necesaria para descubrirla ha hecho fundamental la enorme infraestructura del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) de Ginebra.
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