viernes, 27 de julio de 2012

Secretos del primer viaje a la Luna: El diálogo censurado

Dicen que es uno de los secretos mejor guardados de la NASA. Un increíble diálogo entre Neil Armstrong y sus dos compañeros con la base de Houston, censurado durante décadas.

A más de cuarenta años del primer viaje del hombre a la Luna se han dicho muchas cosas. Que todo fue una farsa montada por Estados Unidos, que los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin jamás pisaron suelo selenita o que la histórica transmisión televisiva que llegó a la tierra desde el espacio fue filmada en realidad en Hollywood por…Stanley Kubrick.

Pero nada tan llamativo como el hecho que en varios pasajes del itinerario del Apolo XI aparecieron presuntos OVNIS que se habrían aproximado peligrosamente a la nave terrestre.

Foto: Guioteca
Esto es lo que habrían visto los astronautas en el primer viaje a la Luna.

Se pueden aventurar muchas opiniones al respecto, pero lo mejor es quedarse con las propias palabras de los astronautas norteamericanos y el diálogo que sostuvieron, ante la imprevista aparición, con el centro espacial de Houston. Esa breve conversación, que permaneció oculta durante muchos lustros, fue subida a Internet en la década del 90’. El diálogo es el siguiente:

-A (Apolo): “¿Qué es eso? ¿Tenemos alguna explicación para aquello?

-H (Houston): No la tenemos, no se preocupen, continúen con el programa.

-A: Oh, realmente hay algo fantástico aquí, nunca podrían imaginar esto.

-H: Sabemos sobre eso, podrían ir en otra dirección, vayan por el otro lado.

-A: ¡Es muy espectacular! ¡Dios! ¿Qué es eso que hay ahí? ¿Qué demonios es eso?.

.H: Cambien a “Tango” (Se refiere a la frecuencia).

-A: Hay una especie de luz brillante allá, ahora.

H: La tenemos, la vimos, atentos, se está perdiendo…la comunicación… se pierde… ¡Rápido, cambien a “Bravo Tango”! Seleccionen “Jetzabel”.

-A: Sí…pero esto es increíble…cambiamos a “Bravo Tango”. ¡Es maravilloso! Créanlo”.

La comunicación se corta intempestivamente, pero continúa.

-Apolo 11: “Esas son cosas gigantes. No, no, no …. no se trata de una ilusión óptica. Nadie va a creer esto!
Houston: ¿Qué … qué … qué? ¿Qué diablos está pasando? ¿Qué pasa?

-A: Están aquí bajo la superficie.

-H: ¿Qué pasa ahí?

-A: Hemos visto algunos visitantes. Ellos estaban allí por un tiempo, los instrumentos de observación.

-H: Repetir la última información.

-A: Yo digo que hay otras naves espaciales. Están alineados al otro lado del cráter.

-H: Repetir, repetir …!

-A: Mis manos están temblando tanto que no puedo hacer nada. ¿La película ? Dios, si estas malditas cámaras no han recogido nada. ¿Entonces qué?

-H: ¿Has recogido algo?

-A: Yo no tenía ninguna película a mano. Tres disparos de los platillos o de lo que sea han arruinado la película.

-H: Control, control de aquí. ¿Estás en camino?

-Apolo 11: Han aterrizado ahí. Ahí están y nos está viendo.

-Houston: Los espejos, los espejos … los has puesto?

-Apolo 11: Sí, están en el lugar correcto. Sin embargo, quien hizo las naves espaciales sin duda puede venir mañana y eliminarlos”.

El diálogo es muy revelador e indica cómo, desde el módulo espacial, los astronautas observaban un extraño objeto luminoso que los seguía a corta distancia. Pero ¿Qué era el objeto? La descripción del OVNI parece indicar que éste cambiaba de forma constantemente o, al menos, su luminosidad o posición daba esa impresión. A veces parecía cilíndrico o, según Armstrong, “como dos cilindros huecos”, ya que cuando el ovni se dio la vuelta, se podía ver a través del interior.

Aldrin impactado

Una vez que los astronautas enfocaron el objeto con el sextante, el presunto ovni tomó la imagen de un “libro abierto”, según admitió Aldrin décadas después a la prensa. El mismo Aldrin agregó además que él y sus dos compañeros quedaron hondamente “impresionados” por el tamaño del misterioso objeto y su distancia tan cercana a su propia nave espacial.

El doctor David Baker, quien trabajó para la misión Apolo XI, afirmó años después que “la Nasa sabía muy poco sobre el objeto reportado por la tripulación del Apollo 11, que era indudablemente un objeto volador no identificado. Hubo un montón de gente dentro del programa que al salir de la agencia espacial se convenció de que los OVNIs existen, dando lugar a cierta preocupación por parte de la NASA, que obtuvo el acuerdo de la tripulación para no hablar públicamente acerca de estas cosas por temor al ridículo”.

El hecho, pese al secretismo que impuso la Nasa, no pasó inadvertido para la prensa. La revista de divulgación científica Science Digest, por ejemplo, en 1977 publicó un reporte del astrónomo James Mullaney que decía: “La tripulación de Apolo 11, durante la primera vuelta a la Luna, informa que desde la cápsula observan el paso de lo que parecía ser una masa de energía inteligente”.

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